Tres días después del intentar secuestra a una menor en Coslada, Antonio Ortiz cogió ún taxi a las tres de la mañana para ir a la casa en la que cometía los abusos. "Lo veía que no era un tío normal, que podía hacer algo en un momento dado por la mirada, por la forma de ser y por lo grande que era", ha contado el taxista al equipo de investigación de 'AR'.