Fiestas ilegales en Madrid, al detalle: 60 personas, sin mascarilla y precio con consumición

  • Casas particulares donde el salón es la pista de baila y las habitaciones son reservados

  • Hay que registrarse en una lista y pagar con tarjeta 30 euros

  • Gente sin camiseta, sin rastro de las mascarillas y mucho contacto durante la noche

El equipo de 'El programa de Ana Rosa' se cuela en una de las fiestas ilegales de Madrid. La situación es impactante, en un piso de dimensiones no muy amplias se reúnen más de 50 personas para consumir alcohol, bailar y hacer todo tipo de actividades que van en contra de las medidas covid.

Sin mascarillas ni distancia de seguridad. Así se encuentran las personas que están en el interior de la vivienda disfrutando de los placeres de la noche madrileña. Para acceder debes estar en una lista privada, hay que pagar previamente 30 euros con derecho a consumición y la fiesta se producen en un domicilio que era una casa particular y que, como nuestra reportera infiltrada confirma, "están dirigidas por gente de la noche".

Fiesta ilegal en el centro de Madrid

Con el coronavirus, el ocio nocturno se termina a partir de las 23:00 horas y una vez cerrados los locales se ponen en marcha las fiestas ilegales. Nuestra reportera usa una cámara oculta y se dirige hasta la calle donde recibió el chivatazo en el que se iba a festejar una fiesta.

En la calle estaba el relaciones públicas y, tras insistirle para poder acudir, el profesional nos lleva a hablar con el organizador del evento. Tras varias llamadas de este, conseguimos estar inscritos en la lista pagando una cifra de 30 euros por una consumición, siempre que el pago fuese con tarjeta, y sin que se sobrepasara el aforo: "Pueden entrar un máximo de 60 personas".

Una vez subidas las escaleras notamos que no se escucha ningún ruido: el domicilio está perfectamente insonorizado. Los profesionales del festejo te piden identificación al entrar, te registran en su privada lista y luego te permiten el acceso a la casa. En ella, el salón está destinado para la pista de baile y las habitaciones son utilizadas como reservados. No falta detalle, hay Dj's, barra de bar y ropero.

En el interior las distancias no existen, la mascarilla no la lleva nadie y algunos usuarios se pasean sin camiseta. Al final, algunos invitados empiezan a desconfiar por miedo a que graben la fiesta "alguna periodista" y que las imágenes les impida poder celebrar la siguiente el próximo sábado.