Todo sucedió el domingo 29 de septiembre. Mercedes, de 84 años y su hijo Juan Antonio, de 54 años, desaparecen en Carmona, Sevilla, eso es lo que parecía en un principio. La mujer y su hijo dejaron de dar señales aquel domingo y no volvieron a aparecer por casa. Las última personas que les vio fue el conductor de un autobús que les llevó a la estación de Santa Justa el sábado.
Son una familia conocida en el municipio sevillano de Carmona con una vida discreta y aparentemente tranquila. El pasado martes se inició el dispositivo de búsqueda. Los vecinos de Carmona organizaron batidas para encontrarles, pero al día siguiente y, para sorpresa de todos, Juan Antonio apareció en su casa, pero de su madre no hay rastro.
Fue trasladado a dependencias judiciales donde se le interrogó sobre el paradero de su madre. La Guardia Civil busca todos los y el hijo está colaborando en todo momento con los agentes, aunque todo hace pensar que tiene algo que ver con la desaparición. Según cuentan los vecinos, las discusiones entre la madre y el hijo eran frecuentes, aunque él no tiene antecedentes policiales. Una de las cosas más llamativas del caso es que durante los días en los que estuvo desaparecido, Juan Antonio se dejó el teléfono móvil en el interior de la casa.