Nos imaginamos los futuros trabajos de Esperanza Aguirre

telecinco.es 25/04/2017 16:53

1. Huertana

Es abrir la hemeroteca, escribir ‘Comunidad de Madrid’ y ver a Esperanza Aguirre montando en bici. Atrás quedaron aquellos paseos con Mariano Rajoy y Cristina Cifuentes pero, dada la simpatía de la expresidenta por el ciclismo amateur, creemos que sería muy plausible que se decantara por una vida rural. Cambiar el empedrado madrileño por el campo, el despacho por la huerta, la cartera por una cesta delantera- como le gustan a ella- y eludir polémicas multas de tráfico podría venirle muy bien (y al resto de los conductores madrileños, también).

2. Somelier

Después de leer “Yo no me callo” – el libro en el que habla de sus reflexiones políticas- y de ver su paso por ‘Mi casa es la tuya’, uno ya tiene, además de una sensación de empacho, una visión general de quién es Esperanza Aguirre (creo). Su entrevista estuvo llena de detalles caseros: el delantal, el “esto lleva demasiada sal”; pero nos quedamos con la sempiterna copita de vino que acompaña a Esperanza en su comidas. Tan fino y sofisticado es ser político, como ser somelier. Siempre y cuando -dato importante- se escupa el vino al final de cada cata, que hay que mantener la buena reputación (o lo que quede de ella).

3. Diseñadora de moda

Si lo que quiere es darle un giro radical a su vida, Aguirre también puede dedicarse a la moda. Hay que ser muy valiente para ponerse un vestido como en el que Agatha le diseñó en honor al pueblo de Madrid, por lo que entendemos que la diseñadora le debe un favor. En plan: "¿Te acuerdas cuando salí en la prensa a lo Bibidi-babidi-bú? Pues ahora yo necesito tu ayuda". En el caso de que no funcione, siempre puede cubrir una de las vacantes de las reinas magas de Carmena.

4. Colaboradora de tele

Además de una carrera política, Esperanza Aguirre también ha desarrollado una gran trayectoria televisiva. Es lo lógico, ¿no? La política es intrínsecamente mediática. Bueno, pues sí y no. Porque igual que donde hay yeguas, potros nacen, donde ha habido un debate, ahí ha estado Aguirre para dar su opinión. Incluso ha opinado de su propia opinión, que es el colmo del sofismo. En ‘Ana Rosa’ la hemos recibido tantas veces, que no sería descabellado imaginárnosla con su carnet de colaboradora. Y tan feliz.

5. Influencer

Aunque, pensándolo bien, la expresidenta nos ha dado tantos momentos televisivos, nos ha sorprendido tanto con sus declaraciones - y con sus zapatitos de tacón con calcetines- que los platós de televisión se le quedan pequeños. Aguirre necesita un espacio más suyo, un lugar donde pueda expresarse y ser aún más ella misma. ¿Aún más? Sí. Sin límites ni fronteras. Esperanza, tienes que abrirte un canal de de vídeos. Seguro, pero seguro, que lo petas.