El herpes zóster es una enfermedad causada por la reactivación del virus de la varicela, que persiste de forma latente en nuestro cuerpo después de que hayamos pasado la enfermedad. Podemos padecerlo a cualquier edad, pero es más frecuente a partir de los 50 años o por el debilitamiento de nuestro sistema inmunitario
El herpes zóster se caracteriza por la aparición de dolor, picor, entumecimiento, hormigueo o sensibilidad al tacto en la piel. En la mayoría de los casos, el sarpullido y el dolor desaparecen en 2-4 semanas, aunque 1 de cada 4 pacientes sufre la complicación más frecuente del herpes zóster, que es la neuralgia postherpética.
La neuralgia posherpética, es un dolor persistente que aparece al menos 3 meses después de la desaparición del sarpullido y es consecuencia del daño causado en los nervios sensoriales donde el virus estuvo latente.
Las fibras nerviosas dañadas no pueden enviar mensajes de la piel al cerebro como lo hacen normalmente. Esto conlleva la percepción errónea de un dolor constante o intermitente que puede ser insoportable y que se describe como eléctrico, quemante, punzante, lacerante o mordiente en la zona afectada. En la neuralgia postherpética puede ocurrir que los estímulos dolorosos normalmente percibidos como moderados se perciban exageradamente más intensos, a lo que se llama hiperalgesia; pero también ocurre que se sienta dolor ante estímulos que normalmente no son dolorosos, como al tacto suave, como el roce de la ropa sobre la piel. A esta sensación la llamamos alodinia.
El riesgo de tener neuralgia postherpética aumenta con la edad y los tratamientos pueden aliviar los síntomas. Puede desaparecer en meses, años, o permanecer para siempre.
“Con la neuralgia postherpética el paciente no sabe explicar muy bien dónde le duele. La gente que tiene dolor neuropático va al médico, pero tardan en ir a las unidades del dolor, que es donde se trata”, asegura el Doctor Ancor Serrano, Anestesista y Coordinador del Grupo de dolor neuropático de la Sociedad Española del Dolor.
Los síntomas, por lo general, se limitan a la zona de la piel donde se produjo el brote del herpes zóster por primera vez, con mayor frecuencia en una banda alrededor del tronco, normalmente en uno de los lados del cuerpo. Podemos notar:
El riesgo de desarrollar esta complicación aumenta con la edad y principalmente afecta a las personas mayores. Se puede reducir si se empieza a tomar medicamentos antivirales dentro de las 72 horas posteriores al desarrollo de la erupción.
El herpes zóster presenta una baja mortalidad, pero sus complicaciones, especialmente la neuralgia postherpética, pueden ocasionar discapacidad y afectar a ala calidad de vida de quienes lo padecen. Esta enfermedad no tiene cura, pero por suerte, como indica el doctor, se puede prevenir.