Pedro Garrido ingresó en prisión acusado de estafa, falsedad de documentos y apropiación indebida. Tras su puesta en libertad, dos años después, ha acudido al juzgado a firmar. Las víctimas de sus estafas no han dudado en increpar al gestor. “Eres un ladrón, que me des los dineros míos”, le ha gritado uno. “Eres un perro”, le ha dicho otro.