Jordi Magentí y su hijo no conocían de nada a Marc y Paula. ¿Qué les podría haber llevado a matarles? Un ciudadano belga, un francés y un camionero coinciden en que escucharon disparos el día que desaparecieron Marc y Paula en cantera abandonada próxima al pantano. En la zona, muchos vecinos opinan que el asesinato no fue casual, creen que la pareja vio algo que no debió haber visto y asegura que hay varias plantaciones de marihuana en la zona.
Entre el laberinto de caminos del pantano de Susqueda se encuentra una plantación de marihuana de Jordi Magentí y su hijo, a 200 metros de uno de esos caminos de difícil acceso. Los investigadores creen que sus visitas al pantano eran para controlar unas plantaciones con las que obtenían su principal fuente de ingresos. Siguiendo unas instrucciones de un cazador, el reportero Jorge Luque llega hasta su objetivo.
Dos perros grandes reciben al reportero y un hombre muy agresivo amenaza al equipo del programa y les grita que se marchen del lugar. El periodista habla también con una vecina de Jordi Magentí que confiesa que su hijo era cliente del principal sospechoso del doble crimen de Susqueda. Asegura que el detenido por el asesinato de Marc y Paula amenazó con matar a su hijo si no le pagaba 100 euros de una deuda que había contraído comprándole droga.
En otro lugar del pantano, Miquel Vals ha podido hablar con un compañero de trabajo de Jordi Magentí. Trabajó durante más de 15 años en una fábrica con el sospechoso del crimen de Marc y Paula. "Era un chico normal y trabajador", dice. Asegura que estuvo en el pantano el día que fueron asesinados los dos jóvenes, pero confiesa que no escuchó ni vio nada sospechoso. Además, ha explicado que Jordi Magentí se comportó de otra manera con él desde que se produjo el crimen, hace seis meses. Asegura que estaba en una de las cimas del pantano el día que Marc y Paula murieron asesinados.