Sin agua, sin luz y repartidos en chabolas en condiciones insalubres. Así viven los temporeros ilegales que trabajan en condiciones extremas en Almería. Además de cobrar un salario de miseria, reciben amenazas y humillaciones por parte de los capataces. No tienen contrato y trabajan por tres euros la hora, por debajo del mínimo establecido en el convenio, que es 5,84 euros.