Alejandro tiene un 80% de minusvalía y lleva meses en lista de espera. Vive con su hermano y otras cinco personas en una casa de 50 metros cuadrados sin ascensor. Entiende la postura de la corrala pero considera injusto la prioridad que se ha dado a estas 20 familias. "Conozco a miembros de la corrala y me ha sentado mal porque ellos pueden bajar a la calle y pueden hacer una vida. Yo, si pasa una emergencia no puedo ir a un centro médico porque no puedo bajar a la calle. Apoyo a la corrala pero yo también tengo necesidades. No hay que dar esa prioridad a nadie, hay que buscar soluciones para todos", dice Alejandro, que lleva meses en lista de espera. "No pude mover las cosas antes porque no puedo salir de casa. Me encuentro en una situación muy grave y quiero un sitio donde vivir", dice Alejandro, que ha asegurado que los barómetros que marcan la prioridad para conceder una vivienda no son tenidos en cuenta.