Fernando Cuesta, un enfermo de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) español, decidió viajar a Suiza para poder morir dignamente y dejó grabado su testimonio, junto con el de su exmujer y sus hijos. Pasado el mes de junio, este ingenerio gijonés decidió terminar con su vida en Suiza por el rápido avance de la enfermedad degenerativa que padecía.
"Cada día me levanto pensando en qué movimiento más voy a dejar de hacer", confesaba. Fernando ya no podía andar ni mover la mano izquierda, la mano derecha tenía problemas, algo que se agravaba con sus problemas para respirar. “No quiero llevar este tipo de vida hasta el final”, reconocía.
El 5 de julio, dos semanas después de grabar una entrevista, falleció. Antes de marcharse de España tampoco se lo pusieron fácil. Recibía una ayuda insuficiente de la Ley de dependencia para cubrir todos los gastos derivados de su enfermedad. "Estaba en torno a los 4.000 euros de gastos", cuenta. Antes de volar a Suiza, no se olvidó de donar su silla de rueda y mandó un mensaje a los políticos.