En la memoria de Pontevedra ha quedado grabado el nombre de Sonia Iglesias. Tenía 37 años cuando desapareció sin dejar rastro en 2010. En estos años, los investigadores han estado explorando muchas vías de investigación y todas conducían a Julio Araujo, la pareja de Sonia Iglesias. Sin embargo, no ha habido pruebas contundentes que le incriminen en esta desaparición.
Lo último que se supo de ella es que aquel 18 de agosto de 2010 salió con su pareja y padre de su hijo de casa y se dirigió a hacer unos recados. Llevó a arreglar unas sandalias a una zapatería y su pista se perdió. Desde un primer momento se calificó su desaparición como inquietante y su cartera apareció más tarde en un poblado chabolista. Araujo fue imputado por su desaparición por las contradicciones de sus declaraciones y se registraron varias propiedades vinculadas a la familia en febrero de 2018. Julio Araujo y su hermano declaran de nuevo, pero no llegan las respuestas.
La familia de Sonia ha convocado un encuentro para recordar la memoria de la pontevedresa en la plaza de La Herrería. "Sabemos que la Policía siempre ha estado investigando, pero nunca está de más nuevos apoyos y ayudas", dice. Además, habla de los registros que se realizaron en 2018 y la relación que tienen con la expareja de Sonia, principal sospechoso de la desaparición. "Nuestra relación con Julio Araujo es nula, no tenemos que seguir viéndolo y cuando vemos a mi sobrino hablo con él y lo recojo sin necesidad de ver a su padre", dice.