Eva y Pablo son padres de dos niños y viven sin luz ni calefacción. Son cuatro afectados más de esos cuatro millones de españoles que están perjudicados por la pobreza energética. “Algunas veces dormimos todos juntos en la misma cama”, cuenta la madre. Además de la luz, también han tenido que cortar el agua por todos los problemas económicos que sufren y no poder pagar las facturas.