Susana Guerrero se encuentra en un auténtico calvario judicial. Esta madre se enfrenta a una condena de un año y medio de cárcel por impedir las visitas del padre de su hija, el hombre que la violó. Perdió la custodia de su hija en mayo de 2015 cuando un juzgado de Talavera se la otorgó a su padre, condenado por maltrato, alegando que la niña podría sufrir el síndrome de alineación parental y acusando a la madre de haber manipulado a la hija contra el padre.
Además, el padre de la menor y la Fiscalía han solicitado la pérdida de la patria potestad de la madre. "No voy a entregar a mi hija bajo ningún concepto porque la estoy protegiendo como madre", explica Susana. Desde las puertas del juzgado de Talavera, Susana ha comentado que el padre está "condenado por violencia de género y está imputado por presunta agresión sexual contra ella y presuntos abusos sexuales hacia su hija".
“Yo no he sido su pareja, él es mi exdepredador", afirma Susana. Ella ha explicado su dura infancia. Según su relato, siendo una niña de acogida, su padre empezó a abusar de ella y a los pocos años, empezaron los malos tratos. Susana ha explicado que el hombre que la violó era su padre de acogida. "Aprovechó mi situación de vulnerabiliad familiar junto a su mujer. Mientras mi padre abusaba de mí, mi madre era conocedora de los abusos", dice.
Además, Susana ha asegurado que ese hombre ha abusado además de su hija. "Tengo cinco informes que lo demuestran", afirma. "A qué van a esperar, a que mate a mi hija o le pase algo. Y luego el Estado qué me va a decir, que lo siente mucho", dice entre lágrimas.