Benidorm se ha convertido en el destino favorito para todos aquellos turistas que buscan un ‘turismo de borrahcera’. Son muchos los turistas, en su mayoría británicos, los que acuden cada verano a la ciudad levantina para pegarse grandes juergas que provocan peleas, agresiones y ruido, algo que afecta a vecinos como María: “Vienen desde su países ya con la perspectiva de que pueden hacer de todo”
Este tipo de turismo suele centrarse en varias calles de la ciudad, donde María comenta que evita pasar por ahí: “La presencia de esta gente por la zona hace que no queramos ni pasar”. La queja de los vecinos parece no ser suficiente ya que este tipo de turismo se ha convertido en un gran negocio para los hosteleros de la ciudad, y a pesar de que son muchas las quejas, el dinero es el que manda: “Se ha tratado este tema muchas veces, pero el dinero lo puede todo”.