El marido de la mujer asesinada en Moraira, Alicante, se ha entregado y ha confesado el crimen. Se llama Arthur, es un ciudadano holandés de 59 años y tenía una inmobiliaria. Fue condenado por malos tratos en el mes de julio y se le impuso una orden de alejamiento con Alina, aunque no fue ella la que lo denunció, sino un vecino que fue testigo de una discusión.
El asesino se justificó ante la Guardia Civil y confesó que mató a su mujer durante una discusión. Posteriormente, la envolvió en un edredón y la arrojó a unos contenedores. Esta mañana, se procederá al registro de la inmobiliara que regentaba.
Algunos vecinos conocían los conflictos frecuentes que el asesino confeso tenía con Alina, la víctima número 12 de la violencia machista en lo que va de año. Uno de esos conocidos de la pareja es Dragos, un camarero que trabajaba en un bar de la localidad alicantina que conocía tanto al asesino como a su víctima.
“Nunca pensamos que pudiera ser un asesino”, dice. El camarero, además, ha dicho que el asesino confeso solía utilizar a veces las casas que tenía para vender o alquilar como propias, y que fue en una de estas donde acabó con la vida de su pareja.