Drogas, armas, hijos regalados, peleas…Estos son solo algunos de los peligros que viven las prostitutas en la calle. Es un mundo con sus propias reglas y muchas veces la justicia se la toma cada cuál por su cuenta. Se agrupan por zonas, compiten por los clientes y si alguien se pasa de la raya, lo pueden pagar muy caro. Los años las han enseñado que deben aprender a defenderse solas y que si algo pasa: “Si te mata un cliente, para la policía eres una muerta más”.