Una anciaña de 84 años ha fallecido tras un robo con violencia en Fuenlabrada. Su empleada del hogar llamó a la puerta y al ver que nadie abría avisó a un vecino. Ambos entraron y se encontraron a la víctima en medio de un charco de sangre. Al llegar la policía científica se encontró la casa revuelta y descubrió que habían sido robados objetos de valor. Lo más llamativo del caso es que a escasos cincuenta metros se encontraba una comisaría.