Es la única periodista de una familia de médicos y militares. Tal vez esto explique la línea que ha tomado su carrera: rigor y vehemencia en el tratamiento de la información, y sensibilidad ante el dolor ajeno. Especialmente, en el caso de las mujeres, o cualquier persona, maltratada, su principal caballo de batalla.
Esta cruzada de la comunicación comenzó a forjarse en Telecinco, cuando de presentadora de la edición noche del Telediario de TVE pasó a ser conocida por conducir un concurso, 'Veredicto', donde cualquiera podía dirimir sus disputas domésticas frente a un juez auténtico.
Cómoda ante las cámaras gracias a su elegancia y natural simpatía, ficha por Antena 3, donde, junto a su amiga Rosa Villacastín, presenta 'Extra Rosa'. El espacio, una crónica social, aporta una nueva puesta en escena donde dos compañeras conversan sobre la actualidad sin guión. Se descubre entonces una Ana Rosa que es sencilla y espontánea, lo suficientemente natural como para partirse de risa cuado es menester y conseguir que los demás hagan lo propio con sus comentarios.
El público conecta enseguida con lo que empieza a considerar como una amiga. Pero dada la naturaleza de la televisión, se inicia una dura lucha con la otra gran 'íntima' de los espectadores: María Teresa Campos. En esa gran batalla por el 'share' en la que ambas intercambian cadenas, al final Ana Rosa sale triunfante en ésta, su actual etapa en Telecinco. Sin embargo, lo que trascendió de la pugna entre estas dos gigantes de la comunicación fue el juego limpio con el que se midieron. Siempre desde el respeto y la consideración, al final quien verdaderamente ganó fue la audiencia.
Todos para una
Trabajando junto a sus colaboradores, en Ana Rosa se manifiesta el dejar hacer. Si ellos brillan por sí mismos, brilla el programa y brilla el rostro que le da nombre. Por este camino han hecho carrera personajes como Jorge Javier Vázquez, quien se descubrió como uno de los mejores periodistas de sociedad del país gracias a la complicidad en antena que desplegó junto a ella. Algo parecido a lo que ha sucedido recientemente con Màxim Huerta, que ha pasado de los Informativos, donde se precisa un estilo sobrio e incluso distante, a la crónica social encajando perfectamente en un nuevo molde en el que derrocha simpatía.
En la personalidad de esta periodista, sólo se puede encontrar una debilidad ante la que claudica sin condiciones: los zapatos Manolo Blahnik. Son su perdición. Aunque nada en comparación con ese regalo que la vida le ha dado a Ana Rosa y su novio, Juan Muñoz, hace unos pocos años: los mellizos Juan y Jaime. Dos retoños que completan la prole de la presentadora junto a Álvaro, el hijo que tuvo de su relación con Alfonso Rojo.
De todas formas, a ella no le gusta que se mezcle su vida profesional y su vida privada. Todo lo referente a este campo lo lleva en la más estricta intimidad. Si acaso, el gran público puede saber algo más de su vida en su revista, 'AR', donde entre los reportajes propios de una publicación femenina, se detallan otras facetas más singulares. Por ejemplo, su vena solidaria en viajes a países del tercer mundo como Nepal. Allí Ana Rosa se implicó con los lugareños y la ONG que organizó la visita de la única forma de la que es capaz, al igual que hace con su público: con un compromiso basado en la cercanía y la honestidad.
Ana Rosa en las mañanas de Telecinco
'El Programa de Ana Rosa' es un espacio donde cualquier tipo de tema tiene cabida. Prima, ante todo, su interés, ya sea de naturaleza cultural, política, o social. Así lo diseñó Ana Rosa, que ha trabajado para TVE, la cadena Cope, Antena 3 y Radio Nacional -hasta formó parte del prestigioso semanario político Tiempo cuando residía en Nueva York- y entiende que del testimonio anónimo más humilde se puede extraer toda una lección vital, del mismo modo que en la alta política muchos acontecimientos se explican por las más bajas pasiones. Transmitir una cosa u otra al telespectador sólo depende del periodista. Ana Rosa se entrega a esta labor con un solo objetivo: que el mensaje llegue a todo el mundo.
Ana Rosa Quintana dirige el 'Programa de Ana Rosa' apostando por unos contenidos plurales. De esta manera, no es extraño encontrar cada mañana entrevistas a políticos como José Luís Rodríguez Zapatero o Mariano Rajoy, junto a crónica del corazón y reportajes exclusivos.
De hecho, Ana Rosa aprovecha cualquier oportunidad que le brinda la televisión para introducir la denuncia como género periodístico. Célebres son sus reiteradas alusiones a la violencia de género, o los reportajes sobre la droga en las escuelas o las agresiones de hijos a padres.
Desde un punto de vista comprometido, hay que destacar el calendario solidario, una apuesta personal de la presentadora para sacar adelante una deprimida zona de Nicaragua en la que presentadora ha inagurado un centro escolar con su nombre que va creciendo año a año con las nuevas ediciones del almanaque.
Pero 'El Programa de Ana Rosa' no sólo nos muestra a una periodista comprometida, sino que nos dejaba ver cada mañana el lado más humano y divertido de una de las grandes mujeres de la comunicación española. Los realities y las exclusivas del corazón consiguen que, en compañía de sus colaboradores, esta maga de la naturalidad llene de espontaneidad y diversión las mañanas de Telecinco.
Bailar, cantar, desfilar, saltar y sobre todo reír, son sólo algunas de las cosas que han llevado a esta periodista a convertirse en la reina de las mañanas televisivas desde su sofá blanco de 'El programa de Ana Rosa'.