La industria del calzado siempre ha estado bajo la lupa de la justicia. El 70% del calzado de las grandes marcas se realizan en talleres clandestinos, pero, ¿dónde se ocultan? ¿Cómo trabajan? Un equipo de investigación de 'AR' sigue el rastro de las furgonetas que recogen el calzado incautado hasta varios talleres clandestinos. Hay seis talleres diferentes situados en dos calles. El sonido de las máquinas de coser delata a este tipo de talleres que trabajan al margen de la ley. Los empleados que trabajan en estos locales, la mayoría viviendas o garajes cerrados, hablan inicialmete con la reportera, pero al ver la cámara cambian al silencio y le piden que salgan del lugar.
La reportera, Estela, se pone en contacto con la brigada especial creada para investigar este tipo de actividad. "Dicen que en la zona de Alicante no dan abasto y tienen dos operaciones cada semana", asegura.
Los talleres clandestinos utilizan todo un decálogo para no ser detectados. Mirillas, escondites o puertas traseras para escapar en caso de una intervención de la policía son comunes en esta serie de talleres. Estela acompaña a la policía en varias redadas. En la primera, tiene acceso a un taller en el que más de 20 mujeres cosen y respiran productos nocivos en un lugar que parece una cueva, sin ningún tipo ventilación. Alli, la reportera habla con una mujer que lleva desde los 14 años cosiendo. Ahora tiene 60. Ella confiesa que solo ha cotizado la mitad del tiempo que lleva trabajando.
Posteriormente, Estela acompaña a la brigada especial en la redada a un taller clandestino ubicado en una antigua frutería. Las trabajadoras en su interior no paran de coser a pesar de la presencia de la policía. Ninguna está dada de alta en la Seguridad Social. Trabajan sin derechos laborales, bajo la absoluta clandestinidad y cobrando en negro.