En el auto del juez Castro se reflejan los innumerables gastos personales que la infanta Cristina cargaba a la consultoría Aizoon. En esta colección de facturas entraba de todo, desde un cargamento de vino por un importe de 1.357 euros a botas de señora, entradas para ir al tenis con toda lafamilia valoradas en más de 2.000 euros o la contratación de una asistenta para que ayudase a la que ya tenían.