Sada es una villa marinera con escasa industria y muy poco comercio. En medio de este panorama, seis mujeres e la localidad se han unido para apostar por la artesanía y por su pueblo. "Es una cooperativa para vender nuestros productos y salir del canal de distribución de las tiendas", dice una de estas mujeres, que han invertido unos 700 euros cada una para montar este negocio.