Después de cuatro meses de angustia, los peores presagios se han hecho realidad para los dos matrimonios españoles que habían adoptado a dos menores en Etiopía han sido obligados a entregar a sus hijos. De nada ha servido la reunión de cinco horas que han mantenido con los responsables de ministerio de asuntos sociales etíope ni la llamada de Margallo.