Tras quedarse en paro, Nuria decidió montar un centro de osteopatía y masajes y solicitó una ayuda que estaba concediendo la comunidad de Madrid para mujeres desempleados. Sin embargo, la ayuda nunca llegó y terminó cerrando el negocio. "Cuando decidí abrir el negocio mi gestora me recomendó solicitar una ayuda a fondo perdido, una subvención de 7.000 euros. Había que cumplir una serie de requisitos, entre los que estaba permanecer abiertos 3 años. Presenté la solicitud y la gestora me dijo que tuviera paciencia. Aguanté 38 meses pero el dinero no llegaba. Mi gestora me dijo que no se estaban pagando desde 2010", ha dicho Nuria, que ha creado una fundación para gente en su misma situación.