Morey está convencido de que el atentado a la planta de agua potable de Ceuta ha sido falso. Cree que los agentes franceses saben más de lo que dicen y que su única intención es que los españoles confíen en ellos y en Khaled. Para demostrarlo, Javier Morey se bebe varias botellas que contienen el supuesto agua envenenado.