Faruq acude a casa dispuesto a proponerle a su mujer que se muden a Francia, un lugar tranquilo en el que ambos podrían empezar una nueva vida en compañía de su futuro hijo. Pero Leila no puede seguir ocultando la gran mentira que esconde y le confiesa a Faruq que su futuro heredero se concibió mediante una inseminación artificial.