Poco antes de viajar a Marruecos junto al imán, Driss acude a pedirle ayuda a Fátima. El joven, aterrorizado, no quiere continuar con los panes que tienen para él, por lo que acata las órdenes del CNI y accede a colocarse una cámara en la camisa. A cambio, Morey y los suyos le prometen tenerle siempre vigilado y evitar que le pase nada malo.