Fran consigue poder ver a su mujer antes de que sea ingresada en un centro de Madrid. Aunque acude al encuentro con la intención de contarle la verdadera identidad del asesino de su hijo, el agente de la comiasría de El Príncipe decide a última hora no hacerlo. No quiere volver a verla llorar y prefiere seguir con la mentira en la que han estadoviviendo durante los tres últimos años.