Cuando la familia de Fátima está a punto de enterrar el cadáver de Abdu, la forense del caso se da cuenta de que el cuerpo sin vida que la policía encontró en el mar no es del joven. Las muelas del juicio son las encargadas de darle la pista y no tarda en descubrir que lo único que pertenecía al hermano de Fátima era la cartera que llevaba el fallecido.