Tras descubrir que Jota, el hijo de Quílez, es el verdadero asesino de su hijo mayor, Fran es incapaz de perdonar a su amigo. Las disculpas de policía sólo hacen que se sienta más dolido y le reproche su forma de actuar: "Deberías haber dejado que tu hijo se matarse, ahora estaríamos los dos lllorando por lo mismo", le dice después de escuchar los motivos que llevaron a Quílez a ocultar a su hijo.