Una muchedumbre se congrega ante la posibilidad de una esperanza y le gritan títulos de estreno: preeeeeesindente!!! Se ve, se siente, Guaidó presidente!!!
Estos entusiastas del cambio, con jefe de la oposición y presidente reciente, alimentan a voces la desesperación de tantos años, y claman por el último líder, que de un modo casi mágico ha logrado aunar a la siempre maltrecha oposición venezolana bajo la batuta de la transición desde el post chavismo madurista.
Mientras esperan que reaparezca Juan Guaidó, tras 24 horas escondido en algún lugar de la ciudad, desgranan lo que hay que detrás de tantas ansias.
La historia de Eugenia que justo recibe una llamada de su hija que está en Madrid y se emociona al escucharla. O la historia de Juan, también con el corazón en España, compartiendo la ocurrencia del meme que le le ha mandado, su hijo, un doctor venezolano en Barcelona. O Pepa, que siguió el camino contrario hace veinte años, de la Península Caracas, el país generoso que se lo ha dado todo y al que ahora ve languidecer moribundo.
Unos y otros, entonan los himnos de la patria esquiva; en estos momentos donde todo parece empezar. Entonces aparece el entronizado presidente, Juan Guaidó, y se mecen las palabras y cada frase es una fiesta. Pero por el momento el presidente-símbolo, desaparece entre la multitud.