Repúblicas Bálticas, Lituania, Letonia y Estonia: los socios más "fríos" vuelven al calor de Europa
Resultan tan exóticas que las Repúblicas Bálticas son el extremo más remoto y al tiempo más atractivo de los nuevos países de la Unión Europea. Lituania, Letonia y Estonia, un pack de tres países profundamente diferentes entre si, pero unidos en la historia por un mismo destino, el de las repúblicas amenazadas una y otra vez por los grandes totalitarismos del S. XX, nazis por el oeste y comunistas por el este. Ese miedo a las invasiones les confiere un cierto recelo a la hora de abrazar a la Unión Europea, a la que miran con desconfianza con un ojo mientras le guiñan el otro. Cumplen dos grandes sueños para su política exterior tras la independencia de la Unión Soviética: sumarse al futuro económico y político de la Unión Europea y a la tranquilidad militar de la OTAN.