Lucía tiene que poner cámaras de vigilancia en la casa de Joao para que la policía pueda descubrir su plan de narcotráfico. Cuando lo está haciendo en el despacho llega Paul Bresson, el socio del cacique portugués, que a punto está de pillarla con las manos en la masa. Se esconde debajo de la mesa, a ver si Bresson se marcha… pero entonces también llega Lula.