José ha querido agradecer a María que le ayudara a que Joao dejara en libertad a su hijo Samuel. Ella ha contestado que no le quedó mucho más remedio, pero que se alegra de haber podido ser de ayuda. Le confiesa que tiene miedo a lo que le espera, ya que siempre ha estado a la sombra de Joao y no sabe si podrá sobrevivir sola, a diferencia de él, que pese a todo tiene a Lucía y a su hijo: “Yo estoy sola, tú tienes a Lucía y a tu hijo. La gente como tú siempre consigue lo que quiere”.