Dos décadas de la vida del Sol en 20 fotos
Nuestra estrella, el Sol, se activa y descansa en ritmos de once años: el denominado ciclo solar. Desde hace dos décadas, el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) analiza desde fuera de la atmósfera de nuestro planeta el comportamiento del Sol. Una espectacular composición fotográfica permite observar los cambios en la estrella en los últimos 20 años, en los que la actividad solar se ha intensificado o atenuado de forma repetida siguiendo el ciclo de la estrella.
El proyecto SOHO, en el que participan la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), fue lanzado en diciembre de 1995. Dadas las características de la atmósfera terrestre, la idónea observación del Sol para obtener este tipo de información debe hacerse desde el espacio, ya que el aire bloquea casi el 75% de la radiación solar ultravioleta que llega a la superficie y prácticamente absorbe al completo la luz ultravioleta extrema. Por esa razón, el telescopio que permite obtener instantáneas en el espectro luminoso del ultravioleta debe estar situado en órbita fuera de nuestro planeta. Las imágenes en las que se observa el comportamiento de la corona solar, la atmósfera de gas a temperaturas infernales que rodea a la estrella, no podrían haberse obtenido desde la superficie terrestre.
Las fotografías, tomadas año a año durante la primavera, muestran la intensa actividad que se desarrolla en esa corona solar, en la que el gas del Sol alcanza temperaturas de hasta dos millones de grados Celsius y que se extiende a millones de kilómetros de distancia del Sol. Las partículas que salen de la estrella a causa de las violentas reacciones nucleares que se producen en ella recorren el espacio en forma de viento solar. Esas partículas, cuando se aproximan a la Tierra y son desviadas por el campo magnético de nuestro planeta, interaccionan con nuestra atmósfera dando lugar al espectáculo celeste que son las auroras.
La composición fotográfica muestra cómo el sol respira cada 11 años. Las instantáneas más brillantes evidencian periodos de mayor actividad y las más oscuras aquellas en las que el Sol descansa. Pero la tonalidad oscura no implica que nuestra estrella se apague, ya que con todo la temperatura de la estrella se mantiene elevadísima. Es el campo magnético del Sol, cuyos misterios tratan de desentrañar los científicos, el que gobierna este ciclo estelar. En aquellos momentos en los que el campo magnético del Sol es más activo, su configuración cambia, por lo que la estrella irradia más energía en forma de radiación ultravioleta.
Los astrofísicos tratan de descubrir la razón por la que la corona solar puede mantener temperaturas tan elevadas, de más de un millón de grados, mientras que la superficie solar se mantiene a una temperatura de 'solo' unos 5.700 grados. La razón, creen, puede estar en ese extraño campo magnético que gobierna la vida de nuestra estrella. Ahora, gracias a la misión SOHO, los científicos han podido componer el álbum fotográfico de los últimos años de actividad en el espectro ultravioleta de nuestro Sol.