Reduce tu alergia en cuatro pasos
¿Eres alérgico al polen? En esta época del año tu nariz moquea, estornudas habitualmente, percibes un molesto picor en la garganta, tus ojos están irritados y te pasas el día congestionado. Y por si ya estabas saturado del polen y sus efectos, en este mes las temperaturas pueden ser cambiantes y al salir a la calle sufres la incertidumbre de no saber si el índice de polen será bajo o estará por las nubes.
En vez de atiborrarte de antihistamínicos y pasarte el día sufriendo al pensar en cómo se presentará la próxima noche, toma cartas en el asunto. Eres una persona alérgica, pero tu nutrición puede ser importante para aliviar los efectos. Sigue leyendo y descubre por qué.
1. Refuerza tus defensas con alimentos que ayuden a tu sistema inmunológico.
Así estarás preparado y fuerte contra los alérgenos y tu cuerpo se encontrará más tranquilo frente a lo que registra como un agente patógeno.
La estrella es el ajo, que disminuye la reacción alérgica y la previene al bloquear la producción de ciertos químicos que la causan. Mejora tu sistema inmunológico, elevando tus defensas y protegiéndote de virus y bacterias. Es además antiséptico y expectorante, perfecto para la bronquitis, el asma y la alergia. Cuida también la flora intestinal, desinflama y reduce el dolor de tu cuerpo. No sólo eso: tiene otras muchas propiedades que exceden el ámbito de este artículo. ¡Es maravilloso!
Los probióticos también te ayudarán a reducir la respuesta inmune. La flora intestinal está compuesta por distintas bacterias "buenas" que viven en su debida proporción y equilibrio. Los probióticos constituyen un ecosistema para reponer un posible desequilibrio, por lo que mejoran las defensas contra otros microorganismos, colaboran en la digestión de los alimentos y disminuyen la sintomatología alérgica.
La tintura de equinácea puede ser útil para reforzar el sistema inmunológico. Puedes tomar de 20 a 30 gotas tres veces al día durante dos semanas. Si quieres aliviar los síntomas de la congestión, una infusión de equinácea tres veces al día hasta que notes una mejoría.
2. Previene antes de curar con alimentos antihistamínicos.
Cuando una persona alérgica entra en contacto con el polen su cuerpo se defiende liberando sustancias químicas, como la histamina. Los alimentos que harán que nuestro cuerpo no se dispare frente al alérgeno serán los antihistamínicos naturales. Estos son algunos de ellos:
Los alimentos ricos en vitamina C y alimentos ricos en flavonoides (que previenen la inflamación). Están presentes en frutas y verduras y los podemos visualizar claramente si pensamos en tres gamas de colores:
Gama de rojos-naranja. Pimientos rojo, fresas, arándanos, moras, grosella, papaya, sandía, tomates, ciruelas, cerezas.
Gama de verdes. Brócoli, kale, espinacas, coles de bruselas, acelgas, berros, algas, cebollino, albahaca, tomillo y perejil.
Gama de blancos. Manzana, coliflor, ajo, cebolla.
3. Palia los efectos de la alergia.
Cuando tu cuerpo está en proceso de combate contra el alérgeno y libera histaminas sufre inflamación de las mucosas. Para paliar esos efectos te serán útiles los alimentos antiinflamatorios.
El Omega-3. Aumenta los niveles de prostaglandinas PG3, que tienen propiedades antiinflamatorias. Está presente en pescados azules y frutos secos, especialmente las nueces. El ácido Omega-3 de origen vegetal necesita ser transformado por nuestro cuerpo para ser efectivo, y ese proceso es lento. Por eso es preferible el que proviene del pescado.
El azufre. Es un gran antiinflamatorio. Estabiliza las membranas celulares de modo que se hacen más resistentes. Se encuentra presente en alimentos como el eneldo, perejil, apio, col, ortigas, rábano, cebollas, ajo, espinacas, pimientos, guisantes, mangos, pomelos, grosellas, naranjas, papaya, uva, ciruela, granadas, plátanos, manzanas, nueces pistachos, cacahuetes, avellanas, pipas, avena, trigo, maíz, arroz y cebada. También lo puedes encontrar en forma de suplementos en tiendas especializadas.
El magnesio. Ayuda a relajar las paredes de los músculos lisos y mejora los ataques de asma que en muchos casos se producen a consecuencia de la alergia. Este mineral puedes encontrarlo en el salvado, las semillas de calabaza, las semillas de lino y sésamo, las nueces de brasil, pipas, almendras, anacardos. También es posible obtenerlo en forma de complemento alimenticio.
4. Hay alimentos y hábitos totalmente desaconsejados para las alergias.
Parece muy fácil seguir todos los consejos anteriores pero si no suprimes otra serie de alimentos y hábitos que agravan el problema, difícilmente verás beneficios. Tienes que actuar en consecuencia si no quieres pasar unos meses todos los años con procesos que, desgraciadamente, no siempre son leves.
Los alimentos fermentados. Los quesos, la col blanca fermentada (xucrut) o los fermentados derivados de la soja (tofu, leche de soja) son ricos en histaminas, la sustancia que tu cuerpo segrega para defenderse del polen. Cuanto mayor presencia tenga en nuestro cuerpo, peores serán los efectos.
Limita estos alimentos. Reduce el consumo de carnes curadas (beicon, chorizo, salchichas, salami, fuet o sobrasada, entre otros) y de pescados en conserva o semiconserva (anchoas, atún, caballa, sardinas o boquerón). La leche pasteurizada y los mariscos contienen una elevada cantidad de histaminas. Una alimentación rica en esta sustancia puede ocasionar, además, migrañas.
Tabaco y alcohol. Consumir sustancias con un alto grado de toxicidad solo agravará el problema. Tu cuerpo se defenderá con más intensidad contra el polen ya que se siente contaminado sin que le des tregua. Además, las crisis respiratorias propias de la alergia se incrementarán si fumas y la capacidad de tu cuerpo para sobreponerse a ellas será mucho menor.
Piensa que aunque la alergia te acompañe en estas fechas tu nutrición puede ser tu gran aliada.