Cómo prevenir un incendio forestal
El verano de 2015 se ha propuesto pasar a la historia. Está siendo, con diferencia, el más caluroso desde que se tiene constancia y en España, además, va camino de convertirse en el que más incendios forestales se produzcan en el último trienio con más de 52.000 hectáreas devastadas por el fuego entre el 1 de enero y finales de julio.
Así que si a las altas temperaturas que se esperan para los próximos días sumamos que para esta semana la Agencia Estatal de Meteorología alerta de riesgo alto, muy alto y extremo de incendios en casi la totalidad del territorio peninsular, resulta casi una obligación saber qué podemos hacer para reducir el riesgo de incendios.
Sin fuego no hay incendios
Obvio, ¿no? Pues no lo será tanto si Ecologistas en Acción encabeza así su lista de recomendaciones para la prevención de incendios forestales. Si insisten en ello es porque durante la época en la que hay riesgo alto de incendios -del 1 de junio al 1 de noviembre- no está permitido encender fuegos ni tan siquiera en las zonas recreativas habilitadas para ello, debido a que las altas temperaturas son una de las principales causas de propagación de los incendios, junto con el viento y la sequía.
Y por fuego no nos referimos sólo a barbacoas o la quema de rastrojos sino que esta recomendación también incluye no arrojar al suelo cerillas, cigarrillos, colillas, plásticos, papeles o cualquier otro objeto o material en combustión o que potencialmente pudiera ser el origen de un incendio.
Pero éstas no son las únicas acciones de riesgo. Por ejemplo, también es peligroso conducir -coches o cualquier tipo de vehículos motorizados- por lugares en los que el tubo de escape de dichos vehículos pueda estar en contacto con rastrojos y matorrales.
Una responsabilidad compartida
Prevenir el riesgo de incendios no es sólo función de los organismos competentes. Todos realizamos acciones a diario que pueden contribuir a aumentar o reducir el riesgo de que se produzcan. Por eso, además de los consejos anteriores, si vives en una zona rural también puedes seguir estas recomendaciones:
- Mantener limpios de hierba o maleza los caminos de acceso a las viviendas, incluyendo las cunetas de los mismos, así como evitar la acumulación de vegetación seca u otros restos que ayuden a la propagación del incendio.
- Los tejados y fachadas de las casas deben ser de material resistente al fuego y estar limpios de materiales combustibles.
- Es conveniente, y en muchos casos obligatorio, que la urbanización esté separada del monte con una faja de 25 metros de anchura limpia de vegetación y que se actúe en la zona forestal contigua a la faja de seguridad, con desbroces y poda del arbolado.
- Puede exigir a su "Comunidad de Vecinos o Propietarios" la elaboración y mantenimiento de un "Plan de Defensa de Incendios Forestales" para su urbanización.
Y, por supuesto, no sólo podemos actuar previniendo los incendios con un comportamiento responsable sino que si observamos un incendio forestal o una columna de humo dentro del monte, la Ley de Montes establece la obligación de avisar de su existencia -llamando lo antes posible al 112- y, en su caso, de colaborar en su combate.