Pedro tocó con los dedos uno de los mejores premios de ‘El precio justo’: un crucero para dos personas por el mar Bático, haciendo parada en las principales ciudades de la zona. Para ganarlo debía mostrar su maestría con el palo de golf… deporte que nuestro concursante nunca antes había practicado.
Para ponérselo más fácil, podía recortar algunos metros y golpear desde más cerca si lograba ordenar seis productos de limpieza de menos a más caro. Si acertaba, avanzaba.
Pedro solo logró adelantarse hasta la segunda línea y su tiro no acabó con la pelota en el hoyo. Pero, por suerte, Carlos Sobera le reveló que tenía otra oportunidad y esta vez el concursante a punto estuvo de acertar.