Para el torero Manuel Díaz, durante toda su vida se ha tomado todo como un juego. Cuando estaba con su abuela, en el colegio donde estaba con su hermano Chema, incluso cuando era lavacoches, todo era un juego. Pero hay un momento clave en la vida del torero, cuando un día su madre le coge y le dice: "Niño, nos vamos" y Manuel Díaz le responde: "¿Dónde mamá?" y le contesta su madre: "A buscar a tu padre".
El Cordobés asegura que su madre siempre quiso que conociera a su padre, siempre le habló de él y siempre le dijo quien era. "La imagen de mi padre, Manuel Benítez, mi familia le veneraba" afirmaba el torero.
Respecto a primer momento que Manuel Díaz, tuvo delante a su padre, Manuel Benítez, recuerda que fue en un homenaje que le daban a Matías Prats, en Córdoba. A este homenaje, fueron todos los muchachos de la escuela taurina y él va como uno más, se levanta, le saluda y le pide un autógrafo. Su padre, Manuel Benítez, le saluda como uno más y le da la mano. De este momento, dice que existe una instantánea que hizo un fotógrafo de Córdoba y que tiene en su poder. Después de este hecho, El Cordobés asegura que se quedó paralizado emocionalmente.
En estos años, aunque Manuel Díaz estaba convencido de quién era su padre, no tenían relación. Unas pruebas de ADN con un 99% de coincidencia entre Manuel Benítez y Manuel Díaz, confirmaban al torero que era su verdadero padre. El paso para que se originara el acercamiento definitivo entre padre e hijo, Manuel nos relata que empezó porque él se encontraba en casa de unos amigos cerca de la finca que tiene su padre. En ese momento, su padre tenía una pequeña lesión y le digo a mi amigo: "Hay que ver que está mi padre ahí, le han operado y no sé cómo está" y me dice mi amigo, "pues llámale" y el torero contesta: "Pues sí, le voy a llamar y me voy a poner yo directamente".