La carrera de Andrea está en la cuerda floja porque un antiguo residente al que despidió ha contado que el doctor falsificó algunos datos del estudio del Satonal, un fármaco experimental. Doc no se acuerda de nada y, aunque cree que es inocente, ha empezado a tener dudas sobre sí mismo y su ética profesional.
Quien parece tener las cosas claras es Lorenzo Lazzarini, que tiene pruebas de que Doc no manipuló los resultados. Acudió al despacho de Marco Sordoni ha revelarle lo que sabía para que Andrea no sufriese un castigo por algo de lo que era inocente. Pero cuál fue su sorpresa cuando descubrió que el jefe no tenía intención de salvar a Doc…
Lorenzo quería contarle a la policía lo que había descubierto, pero Marco se lo impidió. Le dijo que si se le ocurría abrir la boca, todo el mundo sabría que era drogadicto y perdería su trabajo y su reputación. El médico se quedó de piedra y acabó haciéndole caso.
El chantaje de Marco vino porque pilló a Lorenzo una vez consumiendo opiáceos en el hospital. El médico aseguró que solo había ocurrido esa vez y que estaba muy arrepentido, y el jefe accedió a darle una segunda oportunidad. Pero se estaba guardando esa carta bajo la maga por si la situación lo requería… como así pasó.