Después de recibir un disparo por parte del padre de Giovanni Pavesi, Andrea Fanti se sometía a una operación de cuatro horas y permanecía cinco horas en coma. Al despertar, no se acordaba de episodios recientes y solo era capaz de recordar lo que había ocurrido en su vida doce años atrás.
Como si se hubiera quedado en aquel momento, pensaba que su vida continuaba igual, pero estaba a punto de descubrir la realidad. Una realidad que su mujer (ahora exmujer) estaba a punto de contarle a los pies de su cama del hospital.
Entre lágrimas, el doctor Fanti hacía frente a la nueva realidad de su vida. Se había separado de su mujer hacía ocho años y, además, su hijo Mattia había fallecido ocho años atrás: “Ya no está, murió hace diez años por un paro cardíaco”.