Con la urgencia completamente colapsada tras un accidente ferroviario, Lorenzo fuera de juego y Marco desbordado por completo, Andrea decide volver a tomar los mandos de su equipo médico y les recuerda que ellos son los guerreros que se ponen delante de la muerte y le dicen “Hoy, no”.
En mitad de un auténtico caos médico y con ambulancias sin parar de llegar a las puertas del Policlínico Ambrosiano, Marco descubre a Gabriel, muy afectado por la muerte de su paciente, intentando agredir a un familiar y pierde los nervios por completo. Intenta pedir a su equipo que den todo porque están en una situación muy delicada y todo el mundo espera que fallen, pero no lo hace de la forma adecuada.
Ante la actitud equivocada de Marco, Andrea decide ponerse en pie y tomar las riendas de la que hace años fuera su plantilla de médicos. Fanti no quiere saber quién les está juzgando o por qué lo tiene que hacer mejor, él necesita pensar en por qué todos ellos decidieron ser médicos y recordar que estudiaron y no dejan de aprender para ser los guerreros que se ponen entre la muerte y los pacientes para decirle a la cara “Hoy, no”.