En la última entrega de ‘Desnudas por la vida’, comienza la cuenta atrás para la actuación final y se desatan diversas crisis de inseguridad entre las participantes. Actividades y acontecimientos inesperados hacen dudar a las seis protagonistas sobre su capacidad para dominar el complejo arte del striptease. Todo ello provocado por una sesión fotográfica en la que deben posar desnudas; la incorporación de un nuevo elemento a la coreografía grupal: los abanicos; y la acentuación de la sensualidad de su baile.
Además, el grupo tendrá que lidiar con un imprevisto durante la prueba de vestuario que les generará gran inquietud: los atrevidos outfits a lucir, que tendrán que rehacerse para que se sientan cómodas y seguras. Llega el día del espectáculo y tras ensayar la coreografía, acuden al teatro, donde se acentúa el nerviosismo de Laura Matamoros y Marisa Jara, que se plantean abandonar. Sin embargo, el apoyo incondicional de amigos y familiares, que se encuentran en el teatro, se convierte en un factor clave para que el grupo pueda culminar su actuación con éxito, en la que tendrán que desnudarse sobre el escenario al más puro estilo Full Monty.