Carmen nunca lo dudó, su hijo Pablo estaba vivo y por muchos años que pasaran ella no pensaba darse por vencida. Gracias a las pistas que pudo lograr hablando con Ricky, Carmen sabe que el pequeño Pablo entró en un prostíbulo la noche de su desaparición.
Una de las prostitutas que trabajaban en el club en aquella época será clave para averiguar qué pasó con el pequeño aquel día y si está o no con vida. En su declaración, esta mujer confesara lo que ocurrió con Pablo y el paradero del joven que, tal y como su madre sospechaba, sigue con vida.
Carmen viajará junto a Santiago hasta Londres, y allí verá con sus propios ojos algo que apenas puede creer: su hijo Pablo está vivo.