Cuando todo apuntaba a que el cadáver carbonizado encontrado en una furgoneta correspondía a Santiago, la inspectora Ledesma descubre que no es así y quién hay detrás de la desaparición del comisario.
Cuando Sonia llega a su casa se encuentra a Gaspar, hijo de Santiago, en su casa, que le muestra las joyas robadas, las culpables de los tres asesinatos y la desaparición de su padre: “Este es el precio de la vida de mi padre, tres millones de euros”.
Pero lo más sorprendente llega cuando Gaspar le muestra una grabación que implica directamente a la comisaria Velasco detrás de toda esta trama.