Carmen se reúne de nuevo en la cárcel con Ricky, principal sospechoso de la desaparición de su hijo, que por fin acaba relatando lo que realmente sucedió aquella noche. “Yo no maté a su hijo, después de ‘jugar’ con él lo llevé…”, le relataba el joven mientras la panadera escuchaba atentamente.
“Pero ¿lo dejaste allí solo?”, preguntaba Carmen compungida al saber que el joven se deshizo del menor en frente de un club de alterne. “Lo siento mucho, de verdad… estaba vivo, le juro por dios que la última vez que yo lo vi estaba vivo”.
Tras la reunión, Carmen abandonaba el centro convencida de que su hijo sigue con vida: “Pablo está vivo, ahora estoy segura”.