Naiara quiere recuperar al amor de su vida. Eduardo se fue de casa sin darle ninguna explicación hace dos meses y, desde entonces, no sabe nada de él. Ella llegó a casa un día, después de trabajar, y descubrió que Eduardo se había marchado de casa y se había llevado todas sus pertenencias. Quiere pedirle la oportunidad que cree que se merecen y así ha sido su cara a cara.
Naiara le dice a Eduardo que le echa de menos, que la casa sin él no es igual y que han pasado muchos altibajos como para tirarlo todo por tierra. Además, asume su parte de responsabilidad en este distanciamiento por haberle agobiado con su actitud. Él se muestra tajante ante este emotivo mensaje: “Esto ya lo he escuchado otras veces”.
Eduardo dice que ha habido varias rupturas entre ellos y que no está dispuesto a retomarlo una vez más: “Lo tengo muy claro”. “Vamos a mantener las formas, la educación y el respeto y, si algún día tenemos que hablar algo, que sea detrás”. Es cuando Toñi Moreno le comenta a Eduardo que esta explicación se la tenía que haber dado a ella antes.
Es aquí cuando Eduardo se defiende y confiesa que él ya había hablado todo esto con Naiara, aunque ella lo niega con la cabeza: “Al final, no escuchamos. Ella es una persona con la me cuesta razonar y llegar a entendimientos. No somos compatibles, nunca vamos a llegar a un entendimiento por mucho que lo intentemos, porque ya lo hemos intentado otras veces”, añade.
Además, Eduardo reconoce que nunca ha estado enamorado de Naiara, pero que él, el amor verdadero, lo ha sentido en el perro que acogieron. Ella le planta cara y niega que estuvieran tan mal en su relación como para que se termine de esta forma. Es cuando decide destapar que él nunca ha dado la cara y que no ha sido el novio perfecto.