Ana acude al programa para hacer su sueño realidad: encontrar a sus hijos, Marcos y Salma, a los que leva quince años sin ver. La acompaña su hermana Nieves porque ella también quiere volver a ver a sus sobrinos. Los servicios sociales, conscientes de la precaria situación en la que se encontraba la familia, intermedió y se llevó a los menores (cuando tenían cinco y tres años) a un centro de acogida. Un año más tarde, fueron dados en adopción y Ana no ha vuelto a saber de ellos.
Nuestra invitada se encuentra recuperada de las malas decisiones que tomó en el pasado, vive con dos de sus siete hijos y viene dispuesta a recuperar a Marcos y Salma y decirle que no dejó de pensar en ellos ni un solo día. El programa ha conseguido localizar a sus hijos, pero solo acude al plató Marcos, el único de los dos que es mayor de edad.
“Quiero pedirte perdón por cómo ha sido mi vida”, es lo primero que Ana le dice a su hijo. Le confiesa que ha luchado mucho para salir adelante y que, durante todos estos años, nunca le ha dejado de querer. Marcos ha recibido emocionado el mensaje y la sorpresa de volver a ver a su madre, quien le insiste en que no quiere separarle de sus padres adoptivos. El joven le cuenta cómo ha sido su vida desde que se separaron.