La ley permite nombrar un administrador para las herencias, pero sólo en caso de incapacidad del que hereda, por minoría de edad del heredero o porque un juez haya decidido que no puede administrar sus propios bienes por algún motivo. El caso de Blanca no es ninguno de los anteriores, por lo que Darío Jurado obliga a Luz a entregarle la totalidad de su herencia.