Inés fue a divertirse a la feria de su pueblo, pero salió despedida de la montaña rusa. Ella defiende que la máquina no estaba en perfecto estado, pero su propietario, Alfonso, culpa a la joven de subir a la atracción con dos copas de más y un comportamiento muy irresponsable. Inés quiere que Alfonso le indemnice con 12.000 euros, pero el feriante se niega.