El letrado comienza su laudo explicando que un hijo adoptado tiene los mismos derecho que un hijo biológico a cobrar una herencia. Aitor Canales se centra únicamente en la legitimidad de ambos testamentos a la hora de dictar su laudo y establece que el testamento que presenta Óscar no cumple con los requisitos necesarios para ser un testamento legítimo por lo que la herencia del abuelo tendrá que ser repartida a partes iguales entre ambos hermanos, como establecía su primer testamento.